Ciudad de México, México, 2004 – 2018
Se localiza en el Desarrollo Residencial Cumbres de Santa Fe, dentro de la zona norte sobre el Paseo del Parque, en el área destinada a los edificios de departamentos; la ubicación es privilegiada ya que por un lado se tiene vista hacia la ciudad y por otro, hacia la barranca.
En el terreno de 14, 400 m2 se proyectó el edificio de 205 departamentos como una unidad, con tres volúmenes integrados con amplias aberturas en la planta baja que permiten disfrutar visualmente de la barranca; además, a través de estos grandes claros se accede a las áreas comunes de cada bloque. La silueta del edificio en el borde superior es irregular, pues su altura varía entre los 14 y 18 pisos, estos desniveles permiten las terrazas en los pent-houses y una movilidad interesante en su volumetría.
Fotografía: Pedro Hiriart
La solución de la planta arquitectónica consiste en una gran crujía de 18 m de ancho con un solo apoyo intermedio lo cual facilita la distribución que respondió a las vistas y orientaciones: todos tienen sala-comedor y recámaras con vista panorámica hacia la barranca o la ciudad.
El conjunto tiene siete núcleos de circulaciones verticales que permiten el acceso directo a cada departamento; en la planta baja existe un control central, áreas jardinadas y en el extremo oriente un salón de fiestas con espléndida vista hacia la ciudad; en el extremo poniente se localizan las áreas deportivas cubiertas: alberca, gimnasio, salón para yoga, y al descubierto dos canchas de pádel rodeadas de área verdes que colindan con el área de reserva ecológica.
Las fachadas son parte de la estructura realizada en concreto blanco cincelado; la sur y la poniente con vista a la barranca tienen grandes ventanales protegidos del asoleamiento por parasoles de rejilla; y la norte se diseñó como un muro calado con ventanas. La oriente también se diseñó con amplios ventanales, igualmente protegidos por rejillas.
El estacionamiento con capacidad para 700 automóviles, se resolvió en cuatro niveles, con ventilación e iluminación natural y vista hacia la barranca.
Texto: Dra. Lourdes Cruz González Franco
Fotografías: Pedro Hiriart y Jaime Navarro